“Hay minutos que son una vida entera” me comentaba el camarero del bar “La última peseta”. Siempre los mismos hombres, la misma rutina de todos los días, en un pueblo de la campiña sevillana donde la palabra forastero se utiliza mucho, donde lo que se vivió en la mili quedó muy atrás y es el único recuerdo diferente.
Hace 8 años ya de este proyecto, cuando empecé a descubrir a Diane Arbus, Walker Evans o Anders Petersen.
No lo he publicado hasta ahora porque siempre pensé que lo abandoné cuando mejor me iba, todos me conocían y aceptaban sin pudor que les hiciera fotos. Me contaban su vida mientras me invitaban a café o cerveza. Creo que me pudo la tristeza, la energía espesa del lugar…. que era el pueblo de mis suegros y se podían dar malentendidos… era mas joven…. o simplemente me aburrí.